jueves, 8 de octubre de 2015

HUACHANO PERIODISTA FUE "EL CORRESPONSAL DEL HUÁSCAR".

Un PERIODISTA HUACHANO estuvo siempre al lado del Almirante Miguel Grau Seminario, dando a conocer las acciones que realizaba el héroe peruano para la edición impresa del entonces diario La Opinión Nacional – diario fundado en 1873.

Gracias al cronista y periodista JULIO OCTAVIO REYES MOUNIER, que nació en Huacho en 1850, el Perú y el mundo pudo conocer las correrías del Huáscar, los combates que protagonizó, las capturas que hizo, cómo logró romper los bloqueos, la personalidad de Miguel Grau, el carácter de sus oficiales y marinos, las veces que la población peruana lo recibió llena de patriotismo en los puertos que entonces todavía pertenecían al Perú.

JULIO OCTAVIO REYES escribió diecinueve extensas crónicas sobre la campaña naval de la guerra del Pacífico entre los meses de mayo y setiembre de 1879.

Lamentablemente los libros de historia no lo mencionan mucho, salvo una investigación de Héctor López Martínez y tampoco lo han hecho los medios de comunicación. Sólo hay breves referencias sobre él en investigaciones de Raúl Porras Barrenechea o José Agustín de la Puente.

Reportero a bordo

Al estallar la guerra con Chile en 1879, Julio Octavio Reyes fue uno de los cuatro periodistas que cubrieron la guerra, destacados por igual número de diarios en barcos de la escuadra peruana. Los otros tres cronistas de la guerra fueron: José Rodolfo del Campo por El Comercio, el uruguayo Benito Neto por La Patria, diario pierolista, y el portugués Manuel F. Horta por El Nacional.

El destino quiso que Reyes fuera corresponsal en el Huáscar.  La cercanía que tenía con Grau y su tripulación le permitió conocerlo amistosamente. La última noche de Grau en Arica a fines de setiembre de 1879 llegó a conversar con el almirante sobre su estado de ánimo. “Estoy muy triste, algo cuya causa ignoro, me tiene atormentado desde la mañana”, nos decía nuestro querido y respetado jefe y reclinando su cabeza sobre las manos, permanecía mudo y silencioso,  lo que pasaba con el comandante, pasaba también con la mayoría de los oficiales.

Había una razón: los marinos peruanos sabían que sobre el papel la guerra naval estaba perdida por la enorme diferencia con Chile en naves y armamento.

El 30 de setiembre, en Arica, Julio Octavio Reyes bajó a dejar correspondencia y al volver sólo pudo ver al Huáscar alejándose: habían avisado de buques chilenos en las cercanías. No volvería a ver a Grau ni al monitor. Caerían el 8 de octubre en el Combate de Angamos.
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