El accidente ocurrido en la carretera Caujul - Pampa Libre
(Oyón) sigue dejando en el aire una serie de interrogantes, como por ejemplo:
¿las cuatro muertes pudieron evitarse?, ¿la camioneta policial estaba en
óptimas condiciones técnicas?, ¿fallaron los frenos o es verdad que solo un
faro funcionaba?, etc., etc.
Pero, al
margen de todo lo que pueda establecerse tras un peritaje, lo cierto es
que ya nada ni nadie le devolverá la vida a los policías Felipe Colán y Wilde
Huaranga o a doña Arlene Matos y su hija Luzmila Hilario. Real también es que
el carro se desbarrancó y rodo por un pendiente de casi mil metros, y que tal
como se aprecia en la fotografía que adjuntamos a esta nota periodística, si el
suboficial Marcos Quelopana está vivo ¡es de milagro!
Ese tramo vial es uno de los más peligrosos de la
región y no por ello debemos de asustarnos en viajar alguna vez en nuestra vida
por ahí, más bien que los gráficos sirvan para preguntarnos: ¿cuánto tiempo más
tendrán que esperar nuestros hermanos 'caujulinos' para que a ellos llegue la
tan promocionada 'inclusión social'?.
¿Acaso no se merecen una mejor calidad de vida,
empezando por una pista en buen estado y que no termine siendo su tumba?.
Si bien, en la actualidad, se ejecuta el asfalto de
dicha carretera, pero de antemano tenemos que advertir que la obra no incluye
muros de contención, barandas o cualquier otro método de prevención que reduzca
el peligro en todo ese trayecto.
¡Que la desgracia del domingo 10 de abril, sirva de
lección. Es momento de tomar decisiones para que en adelante, no volvamos a
vivir un suceso trágico de tal magnitud!.
(Fuente:
Conexión Norte Chico)
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