La comunidad científica mundial no
deja de sorprenderse con los avanzados conocimientos y tecnología en ingeniería
hidráulica, civil, estructural y agrícola que poseían hace 5 mil años los
peruanos que habitaban la ciudad sagrada de Caral, ubicada en el valle de Supe,
provincia de Barranca.
Aprovecharon
la fuerza del viento, conocido ahora como principio de Venturi, que era
canalizado a través de ductos subterráneos para mantener elevadas temperaturas
en fogones muy altos. Cuanto este método fue analizado por físicos de Estados
Unidos no encontraron explicación cómo en ese tiempo conocían tales técnicas,
cuando en Europa recién fue descubierto en 1740.
Igualmente, para elaborar calendarios
agrícolas y pronosticar eventos climáticos instalaron laboratorios que les
permitieron determinar el inicio y término de las campañas de siembra y
cosecha. En el ámbito de la farmacología combatían las dolencias aplicando
paquetes de sauce que contienen el principio activo de la aspirina, preparación
ancestral que subsiste hasta hoy.
Además
aplicaron tecnología de sismorresistencia en las construcciones, que han
interesado a ingenieros de Japón poniéndola a prueba y comprobando su eficacia,
por lo que será utilizada en sus edificaciones. También crearon los ríos
subterráneos llevando el agua a través de canales hasta lugares geológicamente
permeables, logrando la “siembra de agua” para evitar que se evapore al
almacenarse en puquios o manantiales asegurando la supervivencia de la
población.
Todo
ello pone en evidencia el adelanto de nuestros antepasados a Europa y el resto
de América, en por lo menos seis siglos en agronomía, climatología, medicina,
ingeniería, entre otras ciencias.
Como puedo hacer un mapa semántico
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